martes, 26 de febrero de 2013

Filosofando

De esas oportunidades que da la vida, cierto día resulté sin hacer nada, y sin saberlo, contemplando el tiempo y el espacio. De ahí las meditaciones comenzaron a surgir, y cuando me dí cuenta, estaba frente a un espejo y noté que estaba contemplando a Mi Mismo; veía sus reacciones, movimientos, comportamientos, lo analizaba.
Después de un buen rato, como por el rabillo del ojo noté que estaba a mi lado Yo Mismo, quien a la vez estaba contemplando a Mi Mismo; y estaba ahí, tácito, embobado mirando las acciones de Yo Mismo, y de repente lo entendí todo, comprendí el por qué de las cosas...
Lo que pasaba era que estaba rodeado de un par de haraganes que no aportan nada, ahí gotereros que sólo estan atentos a lo que uno haga, no aportan, no critican, no opinan, nada, ni un dedo mueven...
Desde ese entonces dejé de andar con ellos, y sé que sólo cuento Conmigo Mismo, vamos a ver si también me defrauda...

No hay comentarios: