jueves, 20 de mayo de 2010

el conquistador de su corazón

Dichoso el hombre que logre conquistar esas fértiles tierras,
que logre amanzar esas llanuras con silueta de diosa
y que tenga el placer de galopar por doquier.

Que libre por amor muchas luchas y gane a toda costa las guerras,
que haga saber a la humanidad que nadie más en ella se posa,
y que tenga hasta la muerte esa diosa de mujer.

Claro está que sepa respetarla y no darle querellas,
que aunque hay más tierras sepa que es la más valiosa
y que sólo esos terrenos debe poseer.

Además debe ser consciente que merece cuidados,
placeres y regalos que le deben adornar,
que no escatime en gastos y atenciones
que más que un esfuerzo ha de ser un placer
pues hay muchos que a lo lejos sólo pueden llegar a ver...

A lo lejos, en la distancia disipan esas llanuras
la miran inquietantes y con tristeza y dolor
pues ya otras tierras han conquistado
y por más que sean las tentaciones tienen a otra en su corazón.

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